La primavera
Necia
naturaleza:
a
mi silla
le
floreció una pata.
Eras parte de la tierra y como
los pájaros
Muhammad
al-Durra, un niño palestino de
once
años
fue
asesinado por soldados israelíes.
Sus
ojos quedaron abiertos, reflejando el cielo,
como
esperando a que alguien
borre
la primera letra de la palabra “Emet”,
y
que diga:
“Duerme
allí, Golem, el sueño apacible del
Barro”.
Parece ser
que
con los años
las
heridas
tardan
más
en
cicatrizarse,
se
endurece el oído,
se
pierden los nombres,
se
llora como violines.
El tiempo hermosea
El
tiempo,
hijo
del cielo
y
de la tierra,
es
un viejo bribón.
El
tiempo hermosea.
El
tiempo
Cubre
de un bello manto de verdín
el
bronce de las estatuas
de
los viejos asesinos.
*Hugo Tabachnik (Buenos Aires,
1937). “Volviendo a casa (Ediciones
Libros del Riachuelo, 2015) es el primer libro de un poeta de 77 años, que ha
sido poeta toda su vida”, Federico Barea.
Qué pena Hugo, fuimos tan amigos en el pasado, pero, pero, el niño Muhamad Al-Durra no fue asesinado por soldados israelíes como dices, ese fue un montaje de un periodista francés que fue condenado por un tribunal francés. Como fue posible, Hugo, que repitas calumnias anti-israelíes ? Tú ? Qué pena,
ResponderEliminarEl que fue tu amigo de muchas aventuras, pero no ahora,
Gabriel