viernes, 9 de septiembre de 2011

Breve historia de la pizza


Material extractado del blog:  La Oreja que piensa

(...) Inspirados en los griegos y los etruscos que elaboraban una masa cocida saborizada, los romanos del antiguo imperio preparaban, ya en el siglo I, una masa cocida similar al pan pero de forma circular y condimentada con hierbas y semillas. Catorce siglos después, descubrimiento de América mediante, los conquistadores españoles que llegaban del Perú, introdujeran en Europa el tomate.
Este fruto inicialmente se utilizaba sólo como elemento de decoración, pero con el correr del tiempo la gente se animó a comerlo:  fue en ese momento cuando comenzó la verdadera historia de la pizza. Y la mozzarella dijo presente.
Las primeras pizzas eran condimentadas con tomate, hierbas y albahaca. En 1889, en la ciudad de Nápoles, el queso hizo su aparición triunfal, gracias a la Reina Margarita de Saboya, quien había oído hablar de la pizza, esa “comida de la plebe” con tanto prestigio en el lugar. Su curiosidad fue tal que emitió una orden real por la cual ordenaba al panadero Rafaele Espósito, de la pizzería “Pietro il pizzaiolo”,  que le preparara uno de esos manjares.
Con la intención de homenajear a la Reina con los colores de la bandera de Italia, Espósito sumó al rojo del tomate y el verde de la albahaca, el blanco del queso mozzarella. Esta creación, a la que llamó “Pizza a la Margarita”, inauguró una nueva era, convirtiéndose con el tiempo en una de las comidas más populares de Italia y del mundo.
La pizza, patrimonio mundialMás allá de sus orígenes, la pizza ya dejó de ser una comida típicamente italiana para convertirse en Patrimonio de la Humanidad.
En Estados Unidos se introdujo en 1905, pero se popularizó al finalizar la guerra, por la difusión que le dieron los soldados que regresaban de Europa. Francia tiene la propia, que es rectangular al estilo romano. España se especializa en pizzas a veces de insólitos rellenos. En Medio Oriente es el “pan pitta”; en China la masa es cocinada al vapor y se sirve como pequeñas pizzetas con diferentes sabores. 
Pero , probablemente, en ningún lugar del mundo haya tantas variedades de pizza como en Brasil. La inmigración italiana las importó, pero los brasileños le dieron su  toque local, son muchas las variedades que se pueden degustar en los rodizios de pizza --las hay hasta dulces--.
Buenos Aires con aroma a muzza y fainá
(...) Los precursores de la pizza en nuestra ciudad fueron los napolitanos y genoveses que empezaron a prepararla a fines del siglo XIX, fundamentalmente en el barrio de La Boca, en un local -ya desaparecido- de la calle Del Crucero, en cuya pared se leía la leyenda "Sole, Pizza e amore".
En 1893, el xeneize Agustín Banchero abrió en el mismo barrio una panadería, que fue donde nació la fugazza con queso. En 1932, se mudó a la esquina de Brown y Suárez, e instaló al barrio como uno de los lugares ideales para comer "dos porciones de pizza por cinco centavos".
En la misma época, desembarcaron sobre la avenida Corrientes “Guerrín”, “Serafín” (ya desaparecida), “Los Inmortales”, “Las Cuartetas”, “El Palacio de la Pizza” y “Pin Pun”. También en la década del ´30 nació una pizzería en Villa Crespo que se convirtió en un clásico del rubro: “Angelín”, ubicada en Córdoba 5270, creadores de la “pizza de cancha”, según ellos mismos se jactan. La pizza de cancha, o canchera, sólo lleva salsa y condimentos y en sus inicios se servía fría.
Ya para los años ´50 las pizzerías porteñas alcanzaban su apogeo, tanto en la zona del centro como en los barrios de la ciudad más alejados. En los ‘80, hizo su aparición la pizza a la parrilla, que impulsaron las casas “Grapa”, “Morelia” y más tarde, “Salomón Rey”, y en las puertas del nuevo siglo comenzaron a integrarse a las modernas guías gastronómicas de los "restó".
Ya sea de molde, media masa, a la piedra o a la parrilla, la pizza es sin lugar a dudas una costumbre nacional. Por eso, no podía pasar mucho tiempo sin que a alguien se le ocurriese hacer un museo de la pizza. “La pizzería de Don Luis”, en la ciudad de Córdoba, fue donde se concretó la idea. Ubicada en la avenida General Paz al 300, en el museo se exhiben algunos productos y objetos que se utilizaron en la década del '50, entre ellos,  el histórico horno que "hizo grande a Don Luis".
Por supuesto no pueden quedar fuera de este recorrido las pizzas caseras. Hay tantas variedades como manos dispuestas a amasarlas.
La pizza es maravillosa, pero a la hora de cuidar nuestra silueta puede ser letal si nos excedemos (una pizza entera tiene 1.200 calorías) (...).


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1 comentario:

  1. Qué rica la pizza de Banchero! Ideal a la salida de la cancha, es perfecto!

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